Llevar a tu hijo a una guardería es una necesidad cuando ambos padres trabajan y ninguna otra persona de confianza puede hacerse cargo del cuidado del niño, y no sólo eso, si no que también es una oportunidad para que el niño se relacione fuera del entorno familiar y aprenda a convivir con otros niños.
Para los padres separarse del niño también es una decisión dificil, por ello se sentirán más seguros si el centro de educación infantil elegido cubre sus expectativas, y a su vez esa seguridad será trasmitida al niño, lo que conlleva que la separación será menos traumática para ambas partes.
Si es posible, la mejor opción es que el niño comience la guardería antes de cumplir los 8 meses, ya que es más facil la adaptación al cambio a edades tempranas y será a partir del año y medio, cuando ya ha adquirido la suficiente autonomía para desenvolverse en un nuevo medio.
Es conveniente que los primeros días el niñó no pase mucho tiempo en la guardería, así este se adaptará paulatinamente al local, y a la compañía de los otros niños, y a su vez a los adultos que se encargarán de su cuidado.