La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y, a partir de entonces, introducir progresivamente otros alimentos, manteniendo la lactancia hasta los dos años.
Alimentar a tu bebé con leche materna es mas beneficioso, ya que en general, los bebés que están alimentados con leche materna son más sanos que los bebés alimentados con leche artificial. Por consecuencia, los bebés amamantados suelen enfermar menos.
¿Pero, qué ocurre cuando se reanuda la actividad laboral y la madre tiene que separarse del bebé tantas horas? Legalmente, durante los nueve meses que siguen al nacimiento del bebé, la madre tiene una serie de derechos:
- Puede reducir su jornada en media hora (entrar media hora después o salir media hora antes).
- Disponer de una hora dentro de la jornada habitual, con la posibilidad de dividirla en dos fracciones de media hora.
- Un familiar o alguien de confianza acerque al niño al trabajo de su madre para que esta pueda darle de mamar en el tiempo de descanso.
Estos derechos pueden cubrir una serie de necesidades, pero si la alimentación de tu bebé es a demanda, no sabes cuándo va a tener hambre y quieres que siga alimentándose con tu leche, lo ideal sería proceder a sacarte leche para que en cualquier momento otra persona pueda seguir alimentando a tu bebé con tu propia leche.
Si es la primera vez que vas a proceder a hacerlo, aquí tienes unas recomendaciones:
- Lo mas importante, es relajarse y estimular bien las mamas con agua caliente y masajes.
- Puedes optar por sacarte leche a mano o con sacaleches (manual o eléctrico).
- Cuándo sacarse leche es indiferente. La madre debe extraerse la leche cuando le sea más cómodo. Puede hacerlo a cualquier hora del día, antes, después de la toma o mientras el bebé esté mamado.
- Pueden mezclarse varias tomas en un mismo recipiente, siempre que ninguna de ellas tenga más de 24 horas. Es decir, en un día puedes sacarte varias veces leche e ir reuniendo en un bote para después congelarla.
- La leche se puede conservar de tres a cuatro meses en un congelador.
- A la hora de descongelarla, puedes dejarla en el frigorífico unas horas antes o justo antes de usarla poniendo el bote o la bolsa bajo el chorro de agua fría. Posteriormente, puedes calentarla en el microondas o al baño maría.